domingo, 15 de enero de 2017

La La Land (Reseña)

Nostalgia; según la RAE es un sentimiento de anhelo por un momento, situación o acontecimiento pasado, algo que últimamente se encuentra en tendencia sobre todo en el Séptimo Arte. Pero, no siempre es fácil combinar lo viejo y lo nuevo en las artes, pues déjenme decirles que La La Land es una de esas excepciones a ello. Dirigida y escrita por Damien Chazelle (Whiplash), es una obra musical que hace alusión a la época dorada del cine Hollywoodense, sin sacrificar su esencia innovadora y fresca. Contextualizada en la época contemporánea, muestra como historial principal, el romance entre una barista, aspirante a actriz y un músico de jazz frustrado. Si bien ella, en un principio encarna “lo nuevo”, “lo actual” haciendo audiciones para series de TV cuyo valor artístico es tan profundo e intrascendente como un charco de agua (y así son la mayoría, hoy en día, de hecho); él, en cambio, vive aferrado a las raíces del jazz y a no dejarlas morir, por lo cual es tachado por sus contemporáneos de “tradicionalista”, no ser revolucionario y por lo tanto, no avanzar. La disyuntiva para ambos personajes es tan clara como compleja, ¿Renunciar a los sueños o aferrarse a ellos? Una disyuntiva que desgraciadamente, me atrevo a decir, muchos de nosotros enfrentamos en algún momento de nuestras vidas y debemos decidir si seguir enfrentándola o bajar las manos. Es extremadamente fácil vivir en tu zona de confort y permanecer en ella por el resto de tu vida, sin embargo, La La Land, me hizo preguntarme, ¿Cuándo es tiempo de madurar, es tiempo de olvidarte de tus sueños? Es un hecho que la vida nos alcanza y uno solo hace lo mejor que puede; no todos nacimos para ser hermosas y delicadas bailarinas, grandes actores, músicos, escritores o cineastas o astronautas, etc. Y aunque la simple noción del “hubiera” es encantadora y atrapante, usualmente no nos queda más que fluir con con la vida y hacer que cada día cuente. Todo lo anteriormente mencionado lo refleja este musical a través de su soberbia banda sonora, su cinematografía espectacular y las grandiosas actuaciones de Emma Stone y Ryan Gosling, sin filtros, ni pretensiones dignas de aplauso de pie y  consagrándose como una de las parejas ícono de la pantalla grande. Como nota personal, uno de los mensajes más poderosos de esta cinta es que “el arte (en este caso, el jazz) está muriendo” y, en estos tiempos turbulentos y de incertidumbre hace más falta que nunca De vez en cuando es necesario regresar al origen, cultivar nuestras pasiones y no dejar de lado lo que nos gusta y hace felices. Chazelle es un soñador nato que retrata en sus obras, soñadores que buscan desesperadamente realizarse a pesar de las limitaciones y circunstancias que la vida les pone enfrente. Esta película es para todos los soñadores sin remedio como YO comprenderé.
He leído a diversos críticos que esta obra cinematográfica aun no puede ser considerada una obra maestra, bueno, en mi humilde opinión, solo puedo decir que el tiempo lo dirá. Reto a La La Land a que desafíe el paso del tiempo como lo han hecho Casablanca, Lo  Que El Viento Se Llevó, Ciudadano Kane entre otras.

1 comentario:

  1. Veo en esta película un reflejo de lo que Hollywood ya no representa, no porque no exista sino porque ya no es lo principal. Me refiero, desde luwgo, al arte. Ya en el lenguaje pop algo "hollywoodense" es más sinónimo de algo vacío y superficial pero con grandes efectos especiales y gastos millonarios. Definitivamente, aunque las películas de Chazelle son pocas, ya se puede hablar de un cine de autor en donde la belleza, el poder y la música van siempre de la mano.

    Concuerdo contigo: ¡Larga vida a La la land¡

    ResponderBorrar